ANTÓN, CHUS
«Torbellinos desconcertantes y amapolas de floración voluntaria. El producto de una mujer es siempre egocéntrico aunque esclarecedor, sobre todo para los hombres que quieran competir con ellas en lo inmaterial y en las trampas de la vida. ¿Por qué la poesía tiene que ser heroísmo, ascesis o sacrificio? La grandeza de la poesía femenina reside en su falta de ambición, en el gozo en sí mismo y en la felicidad de sentirse viva. Torbellinos en las antípodas y amapolas en flor de piel, o algo así.»