ROBBINS, FRANK
Johnny Hazard se interna en los años setenta con alguna que otra cana en su peinado ahora impecable, madurito interesante que no ha envejecido si su biografía hubiera ido al ritmo natural de las décadas.
Frank Robbins sigue demostrando que es un fan absoluto del cine, y aquí lo vemos contar una historia de robo perfecto donde aparece un director llamado Roberto Ferrini, nos sumerge en el mundo de los dobles de escenas de acción (en este caso para la tele, aunque homenajeando el serial del cine mudo Los peligros de Paulina), y nos muestra a un motero vagabundo que recorre Europa basado en los rasgos de Peter Fonda en la película Easy Rider.