ALICIA CAÑIZARES
Vega jamás imaginó que tendría que vivir el viaje de su vida sola, pero sentía la obligación de realizarlo por ella, por él, por los dos. Todavía esperaba que todo volviera a ser como antes: había tocado el cielo con sus dedos al conseguir todos sus sueños y sabía que aquella desventura era su penitencia.
Lo que no podría llegar a imaginar es cómo su pasado la acompañaría en su viaje y que el destino siempre tiene sorpresas preparadas que nos hacen seguir adelante. Aunque parezca que es imposible.